QUINTO DIA
¿COMO DEBO ORAR? EN EL CIELO
La segunda cosa que Jesús quiere que nos enfoquemos mientras empezamos a orar es que el Padre está en el cielo.
Mateo 6:9 “Ustedes deben orar así: “Padre nuestro que estás en el cielo, santificado sea tu nombre,
Recuerdan que ayer Jesús nos enseñó a considerar a Dios como PERSONA a medida que comenzamos a
orar (Padre nuestro). Hoy, Jesús nos enseña a concentrarnos en el LUGAR donde Dios habita (en el cielo).
Tómese un minuto y hágase una pregunta: ” ¿Sera que Dios no sabe que Él está en el cielo?” La
respuesta es obvia: Por supuesto, ¡nuestro Padre celestial sabe que está en el cielo! Entonces, ¿por
qué crees que es importante para nosotros al comenzar nuestro tiempo de oración diciendo a nuestro Padre que sabemos que Él está en el cielo?
Jesús nos enseña que al comenzar a orar recordemos que nuestro Padre está en el cielo para nuestro
beneficio. Tenemos que recordar que al que estamos orando esta en un lugar glorioso más allá de los límites del tiempo y el espacio. Un lugar donde no existe el pecado y la maldad.
Note por favor de que todavía no hemos presentado ninguna solicitud a Dios. Nosotros aun no le hemos
pedido una sola cosa siguiendo las instrucciones de Jesús sobre la oración. En lugar de ello, hemos comenzado nuestra oración con sólo enfocar nuestros pensamientos en la persona y lugar donde habita Dios. Él es nuestro Padre. Él está en el cielo.
¿Por qué Jesús quiere que enfoquemos nuestros pensamientos en el hecho de que Dios está en el cielo?
Para responder a esta pregunta veamos algunos pasajes de las Escrituras que describen el cielo.
1) Nuestro padre gobierna los cielos.
Salmos 103:19 El SEÑOR ha establecido su trono en el cielo; su reino domina sobre todos.
Isaías 66: 1-2 Así dice el Señor: El cielo es mi trono, y la tierra, el estrado de mis pies. ¿Qué casa me pueden construir? ¿Qué morada me pueden ofrecer? 2Fue mi mano la que hizo todas estas cosas; fue así como llegaron a existir afirma el Señor. Yo estimo a los pobres y contritos de espíritu, a los que tiemblan ante mi palabra.
2) Nuestro Padre ve y lo sabe todo mientras gobierna el cielo y la tierra:
Salmo 33:13-15 13El Señor observa desde el cielo y ve a toda la humanidad; 14él contempla desde su trono a todos los
habitantes de la tierra. 15Él es quien formó el corazón de todos, y quien conoce a fondo todas sus acciones.
3) Nuestro Padre celestial sabe y entiende infinitamente más que nosotros.
Isaías 55: 8-9 8«Porque mis pensamientos no son los de ustedes, ni sus caminos son los míos afirma
el Señor. 9Mis caminos y mis pensamientos son más altos que los de ustedes; ¡más altos que los cielos sobre la tierra!
4) Nuestro Padre no está limitado por ninguna circunstancia. Nada es imposible para Él.
Jeremías 32:17 ¡Ah, Señor mi Dios! Tú, con tu gran fuerza y tu brazo poderoso, has hecho los cielos y
la tierra. Para ti no hay nada imposible.
Job 42: 2 Yo sé bien que tú lo puedes todo, que no es posible frustrar ninguno de tus planes.
Isaías 40:21-26 ¿Acaso no lo sabían ustedes? ¿No se habían enterado? ¿No se les dijo desde el principio? ¿No lo entendieron
desde la fundación del mundo? 22Él reina sobre la bóveda de la tierra, cuyos habitantes son como langostas. Él extiende los cielos como un toldo, y los despliega como carpa para ser habitada. 23Él anula a los poderosos, y a nada reduce a los gobernantes de este mundo. 24Escasamente han sido plantados, apenas han sido sembrados, apenas echan raíces en la tierra, cuando él sopla sobre ellos y se marchitan; ¡y el huracán los arrasa como paja! 25«¿Con quién, entonces, me compararán ustedes? ¿Quién es igual a mí?», dice el Santo. 26Alcen los ojos y miren a los cielos: ¿Quién ha creado todo esto? El que ordena la multitud de estrellas una por una, y llama a cada una por su nombre. ¡Es tan grande su poder, y tan poderosa su fuerza, que no falta ninguna de ellas!
Marcos 10:27 —Para los hombres es imposible —aclaró Jesús, mirándolos fijamente—, pero no para Dios; de hecho, para
Dios todo es posible.
5) Nuestro Padre es constantemente adorado y alabado en el cielo.
Apocalipsis 4
1Después de esto miré, y allí en el cielo había una puerta abierta. Y la voz que me había hablado antes con sonido como de trompeta me dijo: «Sube acá: voy a mostrarte lo que tiene que suceder después de esto.» 2Al instante vino sobre mí el Espíritu y vi un trono en el cielo, y a alguien sentado en el trono. 3El que estaba sentado tenía un aspecto semejante a una piedra de jaspe y de cornalina. Alrededor del trono había un arco iris que se asemejaba a una esmeralda. 4Rodeaban al trono otros veinticuatro tronos, en los que estaban sentados veinticuatro ancianos vestidos de blanco y con una corona de oro en la cabeza. 5Del trono salían relámpagos, estruendos y truenos. Delante del trono ardían siete antorchas de fuego, que son los siete espíritus de Dios, 6y había algo parecido a un mar de vidrio, como de cristal transparente. En el centro, alrededor del trono, había cuatro seres vivientes cubiertos de ojos por delante y por detrás. 7El primero de los seres vivientes era semejante a un león; el segundo, a un toro; el tercero tenía rostro como de hombre; el cuarto era semejante a un águila en vuelo. 8Cada uno de ellos tenía seis alas y estaba cubierto de ojos, por encima y por debajo de las alas. Y día y noche repetían sin cesar: «Santo, santo, santo es el Señor Dios Todopoderoso, el que era y que es y que ha de venir.»
9Cada vez que estos seres vivientes daban gloria, honra y acción de gracias al que estaba sentado en el trono, al que vive por los siglos de los siglos, 10los veinticuatro ancianos se postraban ante él y adoraban al que vive por los siglos de los siglos. Y rendían sus coronas delante del trono exclamando: 11«Digno eres, Señor y Dios nuestro, de recibir la gloria, la honra y el poder, porque tú creaste todas las cosas; por tu voluntad existen y fueron creadas.»
Estos son sólo unos pocos pasajes en que pensar. Las escrituras contienen mucha más instrucción sobre el cielo. Sin embargo, en base a estas observaciones, ¿en que nos ayuda al orar el saber donde
reside Dios?
En primer lugar, debemos orar con gran humildad. Qué temible y feroz es nuestro Dios! ¿Quiénes somos
para exigirle a él? ¿Qué admirable es que Él quiere escuchar de sus hijos?
En segundo lugar, podemos orar con gran esperanza. Dios tiene el poder para lograr cualquier cosa que
pidamos conforme a su voluntad. No hay ninguna situación o circunstancia en esta vida que está más allá de su poder. Cuando oramos a nuestro Padre Él es capaz de hacer cosas imposibles y hacer todo lo que atraiga ¡gloria a su nombre!
En tercer lugar, nos sometemos a sus respuestas de nuestras oraciones sabiendo que Su conocimiento y
la comprensión son mucho más allá que la nuestra. Nuestro Padre nos trata desde una perspectiva eterna. Lo que parece importante para nosotros aquí y ahora tal vez no puede que sea importante para Él. Podemos confiar en sus respuestas a nuestras oraciones porque Él está en el cielo. Él ve el cuadro completo. Él entiende todo.
En cuarto lugar, nuestro Padre es digno de toda nuestra adoración y alabanza. Una parte de nuestro
tiempo de oración debe ser utilizado para alabarle y adorarle. Si la alabanza y la adoración son practicadas por los seres celestiales que rodean su trono glorioso, la alabanza y la adoración debe ser una parte regular de nuestra vida diaria también.
REPASO Y EJERCICIO:
Lea los pasajes de las Escrituras de esta lección de nuevo. Haz un dibujo de la sala del trono de Dios
basado en Apocalipsis 4. ¿Se ve usted adorando a Dios en ese lugar? Nuestro Padre ha
prometido traer a todos los que están en Cristo a Su presencia. ¡Qué glorioso futuro que tenemos en Cristo! ¿Qué significa para usted que su Padre celestial le ame así?